"Vale la pena recordar que la agricultura ha sido el sostén de los sistemas alimentarios humanos y que jamás ha dependido de transgénico o cualquier otro organismo genéticamente modificado ni de plaguicidas altamente peligrosos. De lo que sí depende es de las y los agricultores, de su sapiencia y cultura, pero también de su salud; depende de que las condiciones ambientales sean óptimas, con suelos fértiles y vivos, agua, polinizadores y biodiversidad, variabilidad genética en las semillas. En su protección es que debemos basar cualquier política para el auténtico fortalecimiento de la soberanía alimentaria".